Han pasado un par de semanas desde el cierre del festival Lasonada, en las que hemos tratado de asimilar su primera edición. Aún asÃ, salida del tiempo prudente para hablar de él, me empeño hoy en recordar la primera noche de fiesta. Empezaré por decir que no creo que exista cosa más in-correcta que un toque un domingo; aunque este congregó —sorprendentemente– a algunas personas interesadas en amanecer con dolor de piernas y resaca un lunes por la mañana.
Este primer encuentro se realizó junto a Radamel y Sonido Confirmación, en el ya conocido Matik Matik. Afuera todo olÃa a choripanes desde las cuatro de la tarde, pero el toque no empezó hasta casi tres horas después (un clásico).
Personalmente, sólo habÃa escuchado hablar de Radamel, la banda que abrió este festival, en boca de los asistentes a sus eventos. Unos decÃan que eran de lo mejor de esta ciudad, otros me dijeron que eran demasiado fuertes y que casi quedan sordos en su última presentación. Lo cierto es que ambos tenÃan la razón.
El contraste de esta banda es, a mi parecer, supremamente divertido. Tengo la imagen de Daniela Maldonado llegando amable como siempre a la prueba de sonido a eso de las tres y luego subiéndose con unos taconazos al escenario para, de un momento a otro, sacar unos guturales del carajo. Fue en ese momento que supe que no estaba muy bien preparada para la banda que vendrÃa más tarde. Aproximadamente a las 7:30, cinco personalidades estrambóticas se subieron al escenario, cubiertas de maquillaje, disfraces, vendas de post operatorios y canciones tanto irónicas como crÃticas. Metal con cumbia, con música ochentera, con sintetizadores y ruidos de baterÃa ensordecedores que permitÃan bailar y al mismo tiempo temer por perder cada par de orejas.
Como esta fecha coincidió casualmente con el natalicio de Daniela, no faltó un brindis de guaro tras cada canción para celebrar la fecha como debÃa ser. Al final solo quedó el feliz cumpleaños cantado entre todos los asistentes y el brasier de Daniela desajustado de tanto moverse mientras cantaba.
Inmediatamente después, a un costado de la tarima, el mexicano lÃder en las fiestas de cumbia, Sonido Confirmación, empezó su set y todos quienes antes se habÃan congregado para saltar y gritar —ahora en parejas o solos— tiraban paso una pista tras otra. Mientras sonaba cada cambio de canción, o la voz de Daniel, el domingo se hacÃa más ameno y al final no importaba mucho si al dÃa siguiente habÃa trabajo o estudio, solo era posible seguir bailando.
De esta manera se vivió el primer dÃa de La Sonada, sonoridades que dieron pie a toda una semana llena de posibilidades.
Escrito por Daniela Trujillo.